Un río salvaje, un río… ¡dos personajes fuertes!
Auténtico conexión entre los Pirineos y el Atlántico, la Garona ha modelado el paisaje, pero también a los hombres y mujeres de Occitania. Con su lado caprichoso y salvaje, ha enseñado a la población local la paciencia y el respeto por la naturaleza. Sus legendarias crecidas y su a menudo difícil navegabilidad imponen respeto.
El Tarn no tiene nada que envidiar al Garona. Antaño navegable hasta la confluencia, fue un importante eje de comunicación y comercio durante los siglos anteriores.